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Keep on moving. antropologia de la repatriación de difuntos.

Los muertos se mueven. Y esto no es el título de una película de serie B: es una evidencia etnográfica. Para precisarlo aún más, los muertos son movidos de acuerdo con el deseo de los vivos para alcanzar un principal objetivo: emplazar a los muertos en el lugar que les corresponde. Entre las acciones funerarias que representan uno de los universales humanos, una fundamental es la determinación del lugar en el que deben reponer los difuntos. Las prácticas funerarias se ordenan sobre un doble eje temporal (que puede ser más o menos largo), sobre el que se despliegan los actos de homenaje y despedida del difunto, así como espacial, pues es necesario conducir el cuerpo de la persona finada al lugar que socialmente ha sido acordado. Dependiendo de la forma en que se haya producido la muerte, el sentido de estas acciones puede cambiar. Pero todas ellas se orientan a situar el cuerpo en un espacio determinado, de acuerdo con unos estrictos protocolos que determinan, por ejemplo, el tiempo intermedio del advenimiento de la muerte y el destino final. Orientaremos estas reflexiones para analizar el caso de la repatriación de difuntos de origen marroquí residentes en España, y mostrar las acciones desplegadas para intentar paliar el sentido de una “mala muerte”, por el hecho de haber fallecido “lejos de casa”. El diálogo entre ambas expresiones estructurará el desarrollo de esta ponencia.

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