Durante más de trescientos años las historias orales de los mayas mopán han conservado detalles muy precisos sobre sus primeros contactos con los misioneros españoles. Estas historias aportan información significativa a los documentos españoles sobre la resistencia mopán a la conversión cristiana y dan testimonio de un período prolongado en el que los mopanes cristianizados que vivían en aldeas misioneras españolas coexistieron como vecinos y comerciantes con los que no estaban bautizados. Desde la perspectiva de los mopanes, dentro de las aldeas cristianas había un claro y doble contraste entre el bosque y la aldea. Por un lado, porque la política española convertía en fugitivos del bosque a aquellos que no deseaban recibir el bautismo cristiano, y por otro porque ya existía una concepción de que el bosque y otras áreas naturales, como las veneradas montañas, eran dominio de criaturas sobrenaturales y no humanas. Los datos del análisis lingüístico-antropológico de la voz, la mirada y los gestos manuales revelan cómo los relatos mopán modernos presentan la residencia en el bosque no como incidental o como resultado de la identidad no cristiana, sino como una parte crucial de la construcción, causa o incluso explicación de esa identidad.