Como han señalado diversos autores, a través de los procesos de autoatención podemos identificar las relaciones de interculturalidad en salud a nivel microsocial, ya que en la autoatención se construyen, se articulan, se integran o se mezclan saberes de diversos orígenes. La pandemia de COVID-19 mostró la importancia que tiene la autoatención, dado que las principales medidas para enfrentar este padecimiento se implementaron entre actores sociales, grupos familiares y comunitarios. Al igual que en otras partes del mundo, en México las personas mayores de 60 años se consideraron como uno de los principales grupos vulnerables, por lo que el objetivo de este trabajo, es describir y analizar cuáles fueron los saberes tradicionales, biomédicos y alternativos que un grupo de personas mayores utilizó en la autoatención a COVID-19. Se encontró que las personas mayores se reconocieron como sujetos en riesgo, modificaron su vida cotidiana, establecieran prácticas de automedicación y autocuidado ante el contagio de COVID-19, donde emplearon una combinación de recursos terapéuticos: productos farmacéuticos, plantas medicinales, así como la búsqueda de medicamentos alternativos a partir de las interacciones con las redes sociales tanto personales como digitales. Las experiencias en la autoatención mostraron un gran dinamismo y variaron de acuerdo a su condición socioeconómica y cultural. Finalmente, reflexionamos que es necesario establecer un diálogo interdisciplinario entre las ciencias sociales y de la salud buscando una mejor comprensión de estos problemas, pero sobre todo, tratar de encontrar propuestas viables para responder a estos desafíos en sociedades culturalmente diversas como las nuestras.