Isidora López, afrodescendiente de Buenos Aires, fue la primera mujer fotografiada por la Policía de la Ciudad en 1889, tras haber sido acusada de cometer actos delictivos en numerosas ocasiones. Su retrato fotográfico de frente y de perfil pasó a formar parte de las galerías de ladrones, un tipo de publicación policial en la que se compilaban los rostros de aquellos ladrones reincidentes que la policía clasificaba como "ladrones conocidos". La historia delictiva de Isidora emerge en un relato escrito por un ex comisario de Policía, publicado a principios del siglo XX. Este documento servirá como hilo conductor a través del cual se pondrán en tensión los discursos policiales y científicos que reforzaban -y a la vez construían- imaginarios sobre las mujeres afrodescendientes como presuntas sospechosas de cometer delitos. Desde un enfoque histórico-antropológico en base a múltiples fuentes de archivo, el objetivo del trabajo es contribuir a la comprensión de cómo se construyeron y reprodujeron en la Argentina de fin de siglo ideas e imaginarios sobre la delincuencia que entrelazaban género, negritud y "modos de ser", en un momento en que lo “blanco-europeo" era uno de los pilares dominantes del modelo occidental sobre el que se construía la "feminidad argentina".