El Alto Llobregat fue una cuenca industrial —fundamentada sobretodo en la indústria téxtil y minas de carbón— donde arraigó el anarquismo en el pasado. Una presencia anarquista que iría desapareciendo a lo largo de la dictadura franquista. Los últimos 25 años una nueva generación anarquista reivindica ese pasado y, más allá del memorialismo, levanta de nuevo el anarcosindicalismo local. La memoria libertaria choca con las instituciones y fuerzas vivas de la población, que quieren invisibilizarla. A su vez, el reciente auge del anarcosindicalismo se intenta torpedear e invisibilizar, en un claro proceso de borrado de una cultura popular incómoda y emancipadora. La metodología de este trabajo parte de la observación participante, las entrevistas, encuestas y el análisis de textos y materiales de archivo. La memoria libertaria en la comarca pasa por recordar fundamentalmente la fallida revolución del Alto Llobregat en 1932, la revolución de 1936, la guerrilla en la posguerra, los represaliados por el franquismo durante la dictadura, e incluso aquellos que partieron al exilio en 1939 y lucharon en la resistencia francesa y, en algunos casos, padecieron los campos nazis. A pesar de una activa y perseverante lucha, aquellas personas y episodios históricos que reivindican los anarquistas del Alto Llobregat siguen siendo hoy ignoradas por la gran mayoría de la población y los gobiernos locales de derecha e izquierda.