La propuesta sugiere retomar la discusión sobre la presencia de las relaciones sociales que comparten la diversidad de Pueblos Originarios residentes de la Ciudad de México. Los procesos de transformación a los que se han enfrentado estos pueblos han transcurrido a ritmos distintos y eso ha impactado en su configuración y presencia contemporánea de manera que en la actualidad este tema se sigue complejizando.

Desde una mirada al desarrollo actual de la ciudad pareciera que el crecimiento de la mancha urbana estuviera absorbiendo las diversas formas de vida cultural que históricamente han representado los Pueblos Originarios. No obstante con ayuda del trabajo antropológico se ha observado el surgimiento de identidades que reclaman el reconocimiento de su existencia cultural a partir de la manifestación de sus prácticas tradicionales, de su vida cotidiana. Un elemento importante que surge en el análisis desde la antropología, es la migración ya que el crecimiento demográfico no solo acrecienta la mancha urbana, también las formas de vida cultural y como resultado las relaciones con los pueblos antiguos. De esta manera, no sólo no desaparecen los pueblos antiguos, surgen nuevas identidades que están en constante interacción con ellos, en un diálogo que posibilita nuevas expresiones culturales compartidas.