Las sociedades mayas prehispánicas fueron sumamente complejas y diversas. Desde grandes ciudades hasta pequeños asentamientos, desde poderosos dinastas hasta humildes campesinos, los hombres y mujeres que poblaron el Área Maya se encontraban expuestos a medioambientes diversos, a accesos inequitativos a bienes y materias primas y a ubicaciones desiguales en la escala social, con base en su género, edad, ocupación, parentesco y grupo de pertenencia. En esta ponencia se explora cómo estas diferencias pudieron haber dado lugar a experiencias sensoriales distintas, y cuáles pudieron haber sido los patrones de búsquedas sistemáticas respecto a prácticas que estimularan los sentidos. A través de evidencias arqueológicas, iconográficas, químicas y paleobotánicas, nos centraremos en las experiencias sensoriales enmarcadas en el contexto doméstico, comparando unidades residenciales pertenecientes a diversos estratos, desde palacios hasta casas de materiales perecederos. Un objetivo fundamental será la evidencia de alimentos y bebidas, pero también se abordará otros aspectos que pudieron contribuir con la comodidad, la belleza o la construcción de un ambiente determinado, tal como el uso de textiles y cestería, que pudieron contribuir con la exhibición y el reforzamiento de las diferencias y las identidades sociales y políticas.