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TEJER REDES EN CROCHET. UNA AUTOETNOGRAFÍA

En este trabajo, siguiendo una metodología auto etnográfica, quiero mostrar cómo el tejer colectivamente no sólo une, sana, sino que puede transformarse en acciones que adquieran una dimensión política. La invitación que recibí en enero del 2017 a tejer crochet con un grupo de señoras representó un cambio importante en mi vida. Encontré un espacio donde mujeres, con trabajos e intereses muy distintos a los míos, contaban sus historias, sus miedos y anhelos; un espacio donde también yo pude compartir mis circunstancias. Descubrí que contar puntos, alternar colores y cambiar puntadas venía acompañado de cierta tranquilidad que podía, a veces convertirse en serenidad. Aprendí a trabajar la paciencia y el desapego, pues destejer y volver a empezar nunca me ha sido fácil. El tejer colectivamente hace que varios de nuestros sentidos se conectan, no sólo está presente el tacto al entrar las manos en contacto con los estambres, también la vista y el oído juegan un papel central. En el tejido y en el tejer colectivo también encontré un lugar para realizar acciones que trascendían nuestras conversaciones e impactaban espacios públicos.