La antropología de los sentidos brinda un amplio campo para la investigación y la reflexión de innumerables fenómenos y prácticas. La danza es una de las vetas en las que el paisaje sensorial se presenta de formas vastas e imbricadas para cada uno de los sentidos (tacto, vista, oído, olfato e incluso el gusto), así como entre ellos. Ya sea en contextos comunitarios, festivos, escénicos y/o educativos, las diferentes sensorialidades se intensifican en el momento en que la danza se practica y los agentes sociales se predisponen así como se entregan a la misma. La consciencia de los movimientos intencionados que la danza requiere, a la par desarrolla diferentes capacidades de estrategias posturales y dinámicas eficaces, entre otras, que se han englobado en el concepto de propiocepción. En esta ponencia se proponen exploraciones conceptuales basadas en las prácticas cotidianas de la danza para enfatizar la importancia que ésta aporta al paisaje sensorial, reflexivo y epistemológico en la antropología desde diferentes contextos y grupos sociales. La propiocepción en danza brinda la oportunidad de conocer las maneras en que percibimos y habitamos el espacio, el tiempo y cómo interactuamos socialmente con el mundo desde el propio cuerpo en movimiento.