En la ciudad de Sevilla se realizan procesiones religiosas durante todo el año con altares que literalmente caminan por la calle, llevados por cargadores a paso lento. Éstas son organizadas por grupos llamados hermandades. Los sentimientos que provocan estas procesiones tanto en quienes desfilan como entre quienes las presencian suele llevar a muchas personas a una gran exaltación emocional. Cada procesión se caracteriza por un asalto total a los sentidos: El trabajo artesanal que representa uno o más santos en cada altar móvil, las velas, el incienso, las flores, el movimiento de las personas que lo llevan por la calle, la cambiante constitución de la multitud que espera y sigue a los integrantes de los cortejos que preceden y siguen al altar, los cortejos mismos, así como los grupos de músicos que tocan detrás del santo que se mueve son un espectáculo difícil de dejar de llamar la atención a propios y extraños. Las procesiones han tenido lugar en Sevilla desde al menos el siglo XVII, por lo que han sido profusamente estudiadas por las ciencias sociales. En el siglo XXI se han multiplicado, y también el número de músicos y las formas de música que las acompañan se han multiplicado. Presento aquí diversos tipos de música que caracterizaron a las procesiones sevillanas durante 2022. Extendiendo el concepto de sello sonoro de Murray Shafer (1977) a otros campos sensoriales, muestro cómo diversas procesiones sevillanas crean sus propios sellos sensoriales, en los que la música ahora juega un papel protagónico.