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MÁS ALLÁ DE LA SALUD FÍSICA. RETOS QUE ENFRENTAN LOS GUARDIANES DE LOS RITUALES DE PETICIÓN DE LLUVIAS, A CAUSA DE LA PANDEMIA POR COVID-19.

A las faldas del volcán Iztacihuatl, en Amecameca, enclavada bajo un acantilado se encuentra la sagrada cueva de Alcalica, que es uno de los espacios más importantes del país donde se han venido realizando los diversos rituales en torno a la petición de lluvias desde prácticamente la llegada de los españoles a la zona. Quienes resguardan, cuidan, protegen y ven en todo sentido por este espacio son diversos actores: mujeres y hombres graniceros, tiemperos, aguadores, etc., que se han enfrentado desde distintos roles a situaciones que impactan en sus quehaceres como guardianes no sólo de un espacio físico, geográfico, sino de toda una estructura de conocimientos sobre el manejo del tiempo, el clima y otros saberes ancestrales que han protegido y reproducido durante siglos a pesar de los embates propios de las dinámicas sociales en turno. La pandemia ocasionada por el COVID-19 no ha sido la excepción, y aunque aún es temprano para poder advertir todos los estragos y consecuencias de la misma, señalaremos algunos retos que se han suscitado y/o encrudecido, y que atentan incluso contra la integridad de estos guardianes, así como las “formas” tradicionales bajo las que se han venido organizando los trabajos propios de los rituales