De acuerdo con la UNESCO el patrimonio cultural se está viendo crecientemente afectado por situaciones de emergencia: conflictos, desastres, peligros y riesgos tanto naturales o inducidos por los humanos. Estas situaciones incluyen amenazas a la transmisión y viabilidad del PCI, que proporciona un sustento para la identidad y bienestar de las comunidades, grupos e individuos. La relación entre PCI y emergencias es doble: por un lado, el PCI puede verse directamente amenazado por las crisis y por el otro, puede jugar un poderoso papel ayudando a las comunidades para preparase, responder y recuperarse de las crisis. La pandemia por Covid-19 ocurre en un mundo con profundas desigualdades estructurales y coyunturales, en un contexto de precariedad y vulnerabilidad para amplios sectores de la población. Ocurre también por primera vez, en un mundo mucho más interconectado, con tecnologías que, a pesar de su desigual distribución, fomentan una hiperconciencia de lo global nunca antes vista. La circulación de ideas, noticas, información y conocimientos se da con una intensidad y a una velocidad sin precedentes. Casi desde los inicios de la pandemia y del confinamiento, diversas instituciones, organizaciones, grupos y personas lanzaron diversas iniciativas para: 1. construir alternativas para la vida en común que se ajustaran a las condiciones de aislamiento, 2. Concentrar información sobre la situación en los distintos países, regiones y localidades. En esta presentación se analizarán algunos de estos ejemplos, para discutir los impactos del Covid-19 en las prácticas del PCI y las formas de convivencialidad que de ellas emanan