En esta participación comparto y refexiono acerca de algunas de las experiencias que me ha dejado la docencia en antropología al impartir los cursos que tienen como finalidad preparar a los estudiantes de pregrado como investigadores, especialmente en sus trabajos de campo. En un estado en que desde hace casi 5 años ha visto como se incrementa la violencia en términos generales,  la práctica de los antropólogos y antropólogas sociales en la interacción cara a cara ha presentado retos. Ampliar las medidas de cuidado, asesorías psicológicas y de contención son algunas de las estrategias que estamos poniendo en marcha en la Universidad de Guanajuato, ya que las dificultades de las nuevas generaciones en su trabajo de campo se han ampliado. Los cárteles del narcotráfico y la misma vigilancia policíaca son algunos de los riesgos que debemos enfrentar en los cursos de investigación para la formación de nuevos antropólogos y antropólogas. Considero que como profesoras y profesores estamos poco preparados para enfrentar esta complejidad y es necesario socializar situaciones y estrategias para cuidarnos y cuidar a las y los participantes de nuestras investigaciones.

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