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RESISTENCIAS FEMINISTAS CULINARIAS DE LA DIASPORA LATINOAMERICANA EN ALASKA

La comunidad Latinoamericana tiene una presencia significativa en Alaska desde los años cincuenta y los censos muestran un crecimiento constante que posiciona a la comunidad como el grupo minoritario principal. La vida en el Ártico impone retos que implican la adaptación de los saberes tradicionales que se manifiestan inminentemente en las prácticas culturales. La adaptación gastronómica es una de las prácticas culturales más fuerte con la que la comunidad Latinoamericana ha tomado espacios y dignificado su presencia en Alaska, un estado políticamente conservador. Los saberes Indígenas tradicionales de los migrantes implican una resistencia cultural transnacional que también ofrece propuestas frente al cambio climático en el Ártico y obligan a repensar a los estados nación y su control de movilidad poblacional. En la comunidad Latinoamericana son las mujeres migrantes quienes encabezan la resistencia cultural en el Ártico, pero esto no es una aculturación sino una adaptación activa y consciente. La adaptación cultural a través de la comida se hace con creatividad y bajo paradigmas comunitarios que ha creado puentes con otras comunidades. Está adaptación abarca la preparación de alimentos e incluye los métodos de producción y los usos ritualísticos de la comida. Las mujeres migrantes latinoamericanas crean nuevas relaciones con la naturaleza y con las comunidades Nativas e Indígenas de Alaska. La formación de estas relaciones con la geografía del Ártico y sus comunidades originarias conlleva una alianza para la mutua resistencia cultural e intercambio de los saberes tradicionales en Alaska entre comunidades que comparten los efectos del sistema colonial.