Uno de los temas más complejos y relativamente poco observado por la antropología ha sido el del cristianismo. Es curioso la falta de atención sistemática que la antropología ha tenido con el cristianismo, no es que no lo haya estudiado, pero creo que tenemos que admitir, que en general, la antropología en su pose y herencia positivista ha eludido el tema por múltiples factores, uno de ellos la prevalencia inicial en el estudio de sociedades primitivas y aborígenes. Además, debe recordarse que la antropología moderna es hija del iluminismo y del deísmo, cuyos principales protagonistas, por ejemplo, John Locke (1632-1704) todavía tenía vínculos, ya sea con el cristianismo católico o el cristianismo protestante o anglicano en sus múltiples ramas. (...)