El pasado es un fantasma invisible cuya presencia no puedes evitar. Es ese ruido de fondo, omnipresente, que inunda todo mientras intentas sintonizar una época mejor con el viejo dial de una radio en desuso. Cierras los ojos y entre ensoñaciones parecen descolgarse de alguna parte los momentos agradables, el aroma de las plantas medicinales (pohã ñana), entra en tus fosas nasales. Lo saboreas formando parte de un frío tereré. Recuerdas lo feliz que eras y quieres que el tiempo se hubiera olvidado de pasar, no es posible, nunca lo es, estás en el presente que solo es un instante previo al siguiente presente. Pero una parte de ti sigue viviendo en el pasado. Quizá porque este presente es diferente al que esperabas. Miedo, dolor, amenazas y violencia, no sabes cómo va a amanecer al día siguiente. Cada noche, la música de las estrellas - que son las únicas que iluminan la selva - tocan una melodía infernal. Solo deseas que todo sea como antes, en anhelo de un necio romántico. (...)