En el pasado, las entidades financieras evitaron dirigir sus productos a las personas de bajos ingresos, entre otras cosas por los altos costos de distribución difícilmente recuperables en préstamos de bajas cuantías y la imposibilidad de precisar los ingresos de las clases precarizadas debido generalmente a la informalidad que los rodea. Hoy, el interés de las instituciones financieras por las personas de sectores empobrecidos no se debe al altruismo, de hecho, estas entidades proveen créditos a estos clientes riesgosos con tasas de usura y a costos de transacción más altos, ampliando así sus posibilidades de ganancias. Precisamente esta pesquisa se enmarca en el lugar que ocupan los sectores precarizados en el mercado del crédito; entre los años 2017 y 2019 con metodología etnográfica reconstruí tres historias de vidas de personas que están inmersas en el juego del endeudamiento, con este material me aproximo a identificar intersecciones o arquetipos en personas de clase media precarizada que acceden a distintos instrumentos de deuda. En siete pautas o intersecciones describo las similitudes y diferencias que detecto en los casos y quizá estos patrones se repliquen en otras personas de otras latitudes: a) el sobreendeudamiento como práctica recurrente; b) La ampliación del consumo gracias al crédito; c) la formación y el aprendizaje sobre el dinero; d) la informalidad ubicua; e) A mayores dificultades, más estrategias; f) la experiencia y el conocimiento; g) la ayuda familiar.