En el contexto COVID/PostCovid, varios de los fenómenos transformadores de la vida social que ya estaban en curso antes del año 2019 se han acelerado para atender a las urgencias cotidianas de la década de los 20. Sin duda, uno de las más importantes es la intensificación de la digitalización de las relaciones persona-persona y persona-institución. El ingente volumen de datos resultante de esta interacción, y la mejora y diversificación de la tecnología mediadora para gestionarlos y darles su máximo potencial, dibuja escenarios propios de los relatos clásicos de ciencia-ficción al convertir el futuro de la digitalización convivencial en un presente sobrevenido. Uno de los campos de mayor impacto para la ciudadanía, y que representa por ello uno de los mayores desafíos de estudio, es el uso de algoritmos de inteligencia artificial en la toma automática de decisiones. El avance de las técnicas de computación crea una combinación perfecta para la creación de un nuevo demiurgo conocido como industria 4.0; un nuevo paradigma Humano basado en precisamente nuevos humanos: personas-máquinas de sociedades híbridas ya difícilmente segmentables como on/off que viven como ciborgs completamente mediados por nuevas tecnologías. Si bien el estudio sobre estas nuevas inteligencias está enfocado principalmente al campo de la Internet-de-las-cosas, presentamos aquí una propuesta de trabajo que se pregunta acerca del desarrollo de metodologías que funcionaban con anterioridad y que, ante estos nuevos horizontes tecnológicos y en base a los discursos circulantes en el campo, se preguntan al respecto de la neutralidad de estas tecnologías