En este ponencia abordo los procesos históricos y culturales que incidieron en el aumento considerable de asociaciones indígenas urbanas en Santiago de Chile a partir del año 2000. Según un catastro realizado en 2001 existián más de 200 asociaciones indígenas, mientras que en la década de los 80 habían menos de 10. La presencia indígena en la cudad de Santiago, sobre todo de Mapuches, se remonta a la migración que se produce luego de la entrega de las mercedes de tierras que concluye en 1930. A eso se le suma la atracción que ejerce la capital como foco de desarrollo, una migración que se hace sustentada en redes de parentesco, la ocupación de espacios vacíos en la ciudad con tomas de terreno y una dirigencia territorial que surge como una estrategia de inserción en Santiago. También incide la presencia de sindicatos de panificadores y empleadas de casas particulares, la respuesta a polítcias públicas como el decreto 2568 (1979) o el Programa Orígenes (2001), a lo que se le suma la lucha en contra de la dictadura a partir de inicios de los años 80. Todo esto va a conjugarse con la emergencia indígena de los años 90, el Censo Nacional de Población y por último la promulgación de la Ley Indígena 19253 de 1993.