La teoría de la señalización emergió en la década de los 70 con las obras de Amotz Zahav. Esta teoría investiga la naturaleza estratégica de la comunicación animal desde dos perspectivas: la del signaler, cuyo objetivo es visibilizar eficazmente, a través de señales, una cualidad o atributo, y la del receiver, cuyo reto es discernir las señalizaciones honestas de aquellas deshonestas perpetradas por los individuos que no poseen la característica deseada. En este contexto competitivo, el llamado principio del handicap alude a las señalizaciones que, por su elevado coste para los demás individuos, desmarcan eficazmente a los señalizadores honestos. Esta perspectiva ha engarzado con las reflexiones de Thorstein Veblen sobre el consumo ostentoso o con las investigaciones sobre el don de Marcel Mauss. En las últimas décadas, la teoría de la señalización, a pesar de su origen biológico, se ha abierto paso en las ciencias sociales como la economía y la antropología, especialmente en líneas de investigación vinculadas al análisis del estatus y el capital simbólico. En esta comunicación se exponen las líneas fundamentales de la teoría de señalización y su desarrollo, posibilidades y límites en la disciplina antropológica.