En la política social neoliberal la desigualdad no es un problema, sino una condición necesaria y un efecto de conjunto de la competición. Lo que es un problema es qué hacer con los perdedores, con los pobres, para que no se desenganchen de la lucha o para que no peleen en la dirección incorrecta, contra la competición en lugar de dentro de ella. ¿Cómo se gestiona a los pobres a la manera del mercado? En esta comunicación, revisamos las genealogías de dos puntales clave de los proyectos neoliberales: la inclusión diferencial a través del mercado, y los principios morales que lo apuntalan. Después, nos lanzamos a la búsqueda de políticas públicas concretas que conectan diferentes tiempos y espacios a través de la idea del “buen pobre emprendedor”, centrado en él mismo y su familia, y de la negación del vínculo social: ¿qué hay de la gestión por umbrales de riesgo en los algortimos que se usan hoy para gobernar barrios “vulnerables” en las ciudades? ¿qué hay del impuesto negativo en la Renta Mínima de Inserción? En esta búsqueda, encontramos que los proyectos neoliberales, además de maximizar vida para el mercado y para la moral del “individuo y su familia”, también ponen en el centro el abanbono y el sacrificio de todo y todos aquellos refractarios a ellos.