Esta presentación defiende la perspectiva de la interculturalidad crítica (no complaciente); comparte la visión de que tanto el multiculturalismo como la interculturalidad, aún siendo discursos y prácticas que apuestan por la diversidad cultural, no realizan la distinción que resulta crucial: ¿se hace o no se hace un análisis que incluya también las desigualdades sociales en el contexto del Capitaloceno (como era histórica dominada por el capital de explotación integral de la naturaleza, incluida la naturaleza humana y, sobre todo, mujeres y esclavos)? Frente al multiculturalismo liberal y la interculturalidad liberal, se propone una multiculturalidad policentrada, en el sentido de centralidades múltiples y de una multiculturalidad política, que incluya una redefinición y reestructuración de las relaciones de poder de los grupos implicados. En otras palabras, se aboga por una interculturalidad crítica en el sentido de búsqueda activa constante que tenga el objetivo de instaurar un nuevo orden de relaciones más justas y equitativas en todos los ámbitos y entre todos los grupos (incluidas las especies compañeras). Así, esta interculturalidad podría propiciar una verdadera incorporación de los grupos minoritarios en lugares de poder equivalentes en la estructura socioeconómica y en los ámbitos de toma de decisiones, de participación activa en las esferas lo local y lo público, de modos reconocidos de estar en el mundo y vivir la vida, de buscar caminos civilizatorios Otras temáticas que nos permitan y habiliten formas diversas de sabernos y, sobre todo, sentirnos Tierra.