Al igual que la mayoría de los países latinoamericanos, la legislación adoptiva chilena sostiene un sistema de adopciones cerradas. No obstante, las transformaciones de la última década, especialmente el aumento de las adopciones domésticas desde el sistema de cuidados alternativos, la mayor edad de los niños(as) y la existencia de grupos de hermanos(as), está abriendo progresivamente las formas tradicionales de practicar la adopción. Recientemente, el propio Estado chileno informó a la Conferencia de la Haya que, si bien no ha modificado su legislación en lo relativo a la adopción abierta, en la práctica se dan casos en materia de adopción nacional de “niños mayores”. En este trabajo presento parte de los resultados de un estudio realizado en el marco del proyecto FONDECYT N°11200491 (2021-2024) “Repensando la adopción desde la perspectiva de los niños”. En particular, analizo las narrativas de un grupo de ocho familias adoptivas que realizan prácticas de apertura innovadoras llevando a cabo contactos post-adoptivos con algunas personas significativas de las familias de origen o de la familia de acogida de sus hijos(as). Aunque la evidencia internacional muestra los beneficios de la apertura y la legislación internacional la aconseja en línea con el Interés Superior, en lugar de encontrar apoyo institucional y profesional, estas familias enfrentan cuestionamientos y obstáculos que las llevan a la situación paradojal de practicar la “apertura” de forma clandestina. Discuto los desafíos culturales, legislativos y para las prácticas profesionales para avanzar hacia intervenciones centradas en los niños(as), sus necesidades y derechos humanos.