Desde principios y hasta mediados del siglo XX, la mujer rural en Canarias ha desempeñado diferentes labores ligadas a los oficiones de subsistencia, los cuales apenas han quedado reflejados en la documentación archivística, los trabajos historiográficos o etnográficos, perviviendo únicamente y en muchas ocasiones, en la memoria oral de sus familiares.  Cerca de un siglo después, existe un vacío notable acerca de la transmisión del patrimonio cultural inmaterial femenino que implicaron las labores rurales de subsistencia en Canarias, vinculados directamente con actividades tan importante que en muchas ocasiones supusieron la base económica de barrios y pueblos.  La recuperación de la memoria y los relatos de vida supone un reto, ya que actualmente está ejecutada mayoritariamente por hijos, hijas o familiares de segundo y tercer grado, quienes si bien aportan una importantísima información a la labor de recopilación y recuperación histórica, nos alejan de aquella mirada que se encontraba directamente implicada con el trabajo.  A través de diferentes trabajos de carácter etnográfico este estudio recoge los resultados preliminares sobre el legado de alfareras, lecheras, gangocheras y pescadoras de Canarias, más concretamente del noroeste de la Isla de Tenerife, un espacio altamente caracterizado por su ruralidad. El legado de quienes escucharon sus historias y las guardaron con recelo hasta que pudieron ser recogidas con mimo, permitiendo que continúe la transmisión de una información que implicaba no únicamente subsistir, sino que conformaba también un estilo de vida, con sus particularidades lingüísticas, legislativas e, incluso, geográficas.