Desde una perspectiva que aúna la Antropología Social y los Estudios Feministas y de Género, esta comunicación pretende llevar a cabo un acercamiento a la realidad de las mujeres presas a través de sus textos escritos, entendiendo que la escritura puede resultar una práctica válida para neutralizar -o, al menos, mitigar- los efectos del encierro penitenciario. Así, se quiere ahondar en la agencia -a menudo, infravalorada e invisibilizada- de las mujeres reclusas, profundizando en una de sus principales prácticas de resistencia en prisión. Al fin y al cabo, la escritura durante el encierro, en una situación en la que se encuentran muy mermados algunos aspectos subjetivos y comunicativos y se (re)producen las desigualdades de género de nuestra sociedad, supone una vía de expresión de gran cariz identitario, útil para materializar las distintas voces de las mujeres presas y reivindicar un reconocimiento negado por la sociedad. En esta comunicación, concretamente, se analizan los textos escritos por dos mujeres presas. Por un lado, tenemos el caso de Lourdes, mujer guipuzcoana con un problema de consumo de droga desde la adolescencia, que llegó a utilizar la escritura como pasatiempo en prisión, redactando un escrito con apariencia de crónica carcelaria. Por otro, tenemos el caso de Altagracia, mujer dominicana encarcelada por un delito de lesiones, que durante el tiempo que pasó en prisión recuperó la afición por la escritura elaborando relatos ficticios, artículos de opinión, críticas de cine, poemas, etc.

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