Las representaciones artísticas sobre soporte pétreo son la materialización de un sistema de creencias que se fundamenta en la interpretación que las sociedades de la Prehistoria hicieron del paisaje en el que vivían. A dicho espacio natural se le conceden una serie de connotaciones abstractas que hacen de él un lugar fuera de lo urbano, y sumergido en el mundo de lo salvaje. Es por ello que el arte rupestre es entendido como una antropización del entorno natural con el objetivo de otorgarle unos nuevos vínculos con la comunidad. En el caso de los paneles de cazoletas que pretendo presentar, se puede comprobar esa relación con el territorio al tratarse de espacios límite, de tránsito, con características singulares, que abarcan una gran visibilidad, y que al mismo tiempo han sido objeto de resemantizaciones de diverso tipo como su utilización para la demarcación de términos de concejos y provincias, como guía de senderos o como la base de la instalación de lugares de culto cristianos, pudiendo hablar ya de un posible sincretismo. Muchos de estos elementos están presentes en la comarca salmantina de Béjar, concretamente en las Sierras de Béjar, Candelario y Vallejera, donde las comunidades actuales continúan usando estos marcadores a día de hoy.