En los últimos años, la agricultura familiar ha recibido un creciente interés por parte de diferentes organismos en virtud de los bienes públicos que conlleva y las externalidades positivas que acarrea. No obstante, en Europa existe un amplio conjunto de elementos que sugieren la progresiva desvinculación de la familia con respecto a la explotación familiar. En este contexto, resulta indispensable estudiar las actitudes que los propios agricultores familiares mantienen en cuanto a la continuidad de sus explotaciones se refiere, con el fin de precisar alguno de estos factores y contribuir al diseño de estrategias que traten de mitigarlos. Para ello, en 2021 se realizó una investigación cualitativa en un municipio de la provincia de Huesca (España) basada en la observación participante y la realización de entrevistas en profundidad. Del análisis del material empírico se dedujo que los agricultores familiares del municipio —todos ellos varones— mantenían una serie de actitudes hacia la continuidad de su explotación que eran al mismo tiempo fatalistas y autoafirmativas. Por un lado, la ausencia de un relevo generacional representaba para ellos un obstáculo infranqueable, en la medida en la que repercutía de manera directa sobre la sostenibilidad de la explotación familiar. Además, manifestaban una gran impotencia a causa de la dependencia que percibían con respecto al resto de actores del sistema agroalimentario. Por otro lado, estas mismas personas expresaban simultáneamente un profundo orgullo por su profesión y su procedencia, autoafirmándose en su condición de agricultor y habitante de una pequeña localidad rural.