Esta comunicación se centra en los resultados de una investigación llevada a cabo en el pueblo abandonado de La Mussara, a partir de las narrativas de diferentes personas sobre sus experiencias, así como también de las historias y leyendas, muchas de ellas en torno a la muerte -entierros y desentierros, consecuencias de guerras y suicidios-, que se explican en relación con la zona. Por un lado, aparecen en la red diversas historias de (des)apariciones y alteraciones espacio-temporales, que presentan a La Mussara como un espacio telúrico y un portal multidimensional. Por otro lado, para las personas del pueblo de Vilaplana, al que pertenece La Mussara, es un espacio natural donde ir a contemplar las estrellas o hacer una escapada con los amigos y, también, un espacio donde la gente va a tirar les cenizas de algún familiar y un lugar de peregrinación. Tanto para unos como para Otras temáticas, La Mussara es un umbral, un lugar donde es posible la conexión con lo sagrado, sea accediendo a otras dimensiones o bien disfrutando de un paréntesis liminar en un espacio rural sacralizado. De manera que las diferentes dimensiones atribuidas a ese lugar no solamente hacen referencia al espacio/tiempo, sino también física o simbólicamente a las diversas representaciones de los distintos colectivos, en un espacio multidimensional de lo social, un lugar natural percibido como místico, sagrado, que se ha convertido en centro de peregrinación.