Extendido desde mediados del siglo XX por Europa Occidental, Estados Unidos y algunos países de América Latina, el denominado neopaganismo se proclama la revitalización de antiguas tradiciones politeístas europeas. El druidismo contemporáneo, una de las corrientes neopaganas, se autodefine como el intento de rescatar un culto que se cree que fue practicado entre pueblos celtas, a cargo de los llamados druidas.  Como sucede en Otras temáticas movimientos religiosos contemporáneos y en el resto de comunidades neopaganas, las órdenes druidas actuales se caracterizan por un uso extendido de tecnologías, especialmente Internet. Desde la década de los años noventa, ha ejercido un rol esencial en la transmisión de sus creencias y prácticas, incentivando su popularización y accesibilidad. Frecuentemente, constituye el medio a través del cual las personas descubren las agrupaciones y el motivo por el que deciden adherirse a ellas. Por otra parte, las plataformas digitales ofrecen espacios para establecer vínculos entre practicantes de distintas zonas geográficas, así como para compartir, divulgar y debatir sobre sus creencias. Es más, en ocasiones se trasladan rituales en el ámbito digital, llegando a coexistir la práctica religiosa en el mundo en línea y el de fuera de línea. Tanto es así, que las plataformas pueden ser reivindicadas como canales para la visibilización y aceptación social del druidismo. Mostrando públicamente imágenes de altares y devociones, se defiende una identidad #celta. Es lo que ocurre en el caso etnográfico aquí considerado, el de la Hermandad Druida Dún Ailline.