En el barrio de Praderas de San Mateo, Naucalpan de Juárez, Estado de México, México, existe un gimnasio abierto al público llamado  Las Barras Praderas, este es el resultado de un proceso de participación colaborativa entre la comunidad del barrio, por la tardía intervención del gobierno municipal para el desarrollo de espacios de esparcimiento, deporte, y recreación en entornos vulnerables. En este caso particular, se describen las tácticas comunitarias que permitieron la rehabilitación de un no-lugar, así como la participación de los integrantes de la comunidad en dicha rehabilitación. Este espacio ha sido partícipe en la disminución de la violencia, así como del consumo de estupefacientes en los jóvenes. Por lo tanto, nos parece importante dar a conocer estas tácticas comunitarias, para así modificar las prácticas arquitectónicas y urbanísticas convencionales de intervención, por otras alternativas en donde se puedan generar espacios construidos de forma colectiva, y respondiendo a las necesidades del contexto inmediato de las comunidades, y como arquitectos, contribuir con un urbanismo táctico para la humanización de las ciudades.