Video

EN BUSCA DEL ESPACIO PERDIDO. LAS HOGUERAS DE SANT JOAN Y LA DESACTIVACIÓN DE LA CULTURA INFANTIL DE CALLE EN BARCELONA

A mediados de la década de los 60 del siglo pasado, cada noche del 23 de junio se encendían sin permiso cientos de hogueras en todos los barrios de Barcelona. Esos fuegos eran el resultado de la actividad de una chiquillería que se encargaba de recoger la madera días antes, custodiarla y montar con ella las piras. Hoy quedan menos de dos decenas de fuegos de Sant Joan en la capital catalana, todos preparados por adultos y con la debida autorización. Los factores que han motivado la práctica desaparición de este ritual han sido varios, pero se destaca la disolución del sistema del que formaban parte y que implicaba formas de apropiación del espacio urbano a cargo de las bandas de niños. Estas encontraron en el espacio y el tiempo abierto entre el hogar y la escuela el contexto para una experiencia de autonomía y creatividad, escenario de aventuras y actividades imaginarias que a veces podían convertirse en verdaderas pruebas iniciáticas. Todo ello en la calle, espacio natural para una intensa vida social hecha de intercambios y complicidades. A partir de una investigación sobre la memoria de quienes fueron a preadolescentes hace décadas, se pone el acento en una de esas razones: la que pone en relación el declive de la cultura popular infantil de calle con la implantación de la llamada educación en el tiempo libre, que fue suprimiendo la presencia de pandillas en las calles, concebidas cada vez más como lugares de riesgo y depravación