Ya sea como “sensibilidad genuinamente homosexual”, como “lengua franca” gay/queer, o como “herramienta para resignificar productos culturales”, son múltiples las formas de entender qué es “camp”. Mucho más importante es cómo “lo camp” está comenzando a colonizar entornos online, adquiriendo numerosas utilidades identitarias y comunicativas para usuarios web pertenecientes al colectivo LGTBIQ+.  Seleccionando Instagram como contexto de estudio, por su objetivo último de comunicar a familia, amigos y conocidos “momentos significativos del día a día”, se realizó un sondeo etnográfico-digital para la selección de cuentas donde el uso y producción de contenido camp era recurrente. De esta criba emergieron 9 cuentas que fueron sometidas a un seguimiento personalizado durante septiembre de 2019 y septiembre de 2020. Previo permiso de sus propietarios.  Se realizó un análisis temático y de contenido narrativo-visual centrado en las actualizaciones del muro de Instagram. Aquí, imágenes camp eran acompañadas de significativos escritos que aludían a los pormenores cotidianos del universo gay/queer. Al tiempo que se activaba de manera constante todo un repertorio camp (compuesto por iconos, momentos o fraseología). Los resultados indican que el camp digital: a) debe ser releído en términos de recurso patrimonial; b) está en continua actualización y resignificación a través de su activación; c) como pool facilita la socialización y entendimiento de realidades compartidas gay/queer; d) acelera y ayuda en el auto-reconocimiento de la identidad de sexualidad.