Son innumerables y diversos los personajes presentes. Algunos solo aparecen en forma de referencias o recuerdos. Otras temáticas, materializados, de carne y reverso, de abrazos y hueso, se presentan y estrechan lazos. Tienen en común sus diferentes vínculos con un poblado western. Localización ficcional con fronteras reales; escenario real, aunque ficticio. Inmersas en esta aparentemente contradictoria situación, las personas en cuestión pretenden justamente combatir de manera colectiva ciertas dicotomías que obstaculizan y condicionan la elaboración de sus imaginarios. Las acciones se desarrollan en torno al deseo de crear, compartir y entrelazar sus respectivas narrativas sobre sus identidades y encuentros con otras realidades (tanto dentro como fuera de la gran pantalla). Para tanto, hacen uso de técnicas etnográficas, cinematográficas y de otras gráficas, apoderándose de nuevas herramientas y recursos para aguzar sus oídos, cuestionar sus miradas y poner los demás sentidos en alerta (también los semánticos). Se inspiran en distintos saberes, nuevas maneras de ver y otras formas de contar para trazar la metodología de una investigación transdisciplinar. En esta multisituada aventura (cuyo fin está dictaminado por autoridades científicas y administrativas competentes) las participantes luchan contra diferentes formas de dominación presentes en la producción de las subjetividades y buscan (re)conocer sus lugares de enunciación, decolonizar sus historias, reconocer la parcialidad de sus miradas y articular narrativas para generar conocimiento, para producir sentido. Esta comunicación retrata algunos aspectos metodológicos como si de un argumento de película se tratara. Del desenlace se espera que, tal como el cine, sea lenguaje y sea vértigo.