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ETNOGRAFÍA POÉTICA DE DOS QUIJOTES DEL AL-ÁNDALUS

La antropología contemporánea tiene la misión de construir herramientas con las cuales establecer puentes de diálogo entre culturas. En este aspecto, Al-Ándalus –un «mito bueno» en palabras del profesor González Alcantud– es un ideario cultural muy útil para la conexión entre Europa y África. El relato orientalista de Al-Ándalus trasciende las categorías de verdad o mentira. En cambio, ha servido –y sirve– para establecer una narración común entre los dos lados del estrecho de Gibraltar a lo largo de la historia.¿Pero, a qué hace referencia el término «Quijotes del Al-Ándalus»? Pues a personas que, de alguna manera, viven como real un sueño. Un sueño que no es el de las novelas de caballería, como el genial hidalgo, sino la ensoñación del Al-Ándalus. De la gran cantidad de quijotes que se dicen herederos de aquella época, nos fijamos en dos de ellos. Por un lado, el maliense Ismaël Diadé Haidara, filósofo, poeta y bibliotecario del legado andalusí. Por otro, el poeta costumbrista y orientalista almeriense del s. XX, J. M. M. Álvarez de Sotomayor.Para ser coherente, el método de investigación ha de ser en términos poéticos, en los mismos con los cuales el mito se expresa. Para ello, sirve el concepto de «razón poética» de la pensadora Zambrano. ¿Qué mejor que lo lírico para evocar algo sin sustancia, pero maravillosamente real?