Un grafito hallado en una fosa nos transporta a los últimos momentos de la vida de una persona. Un pequeño objeto permite reconectar la vida que desapareció a la de aquellos que sobrevivieron. Ese objeto posibilita enlazar el material encontrado en la fosa con los documentos guardados en las casas. Pero de la misma manera vincula el trabajo de diferentes disciplinas: la arqueología, la antropología forense, la historia, la antropología social. Esta presentación plantea una aproximación interdisciplinar al análisis de algunos objetos encontrados en las fosas comunes que conectan con algunos de los papeles conservados en las casas. Su objetivo es partir de la materialidad de estos objetos para analizar las formas en las que el pasado conecta con el presente a través de estos elementos que pueden ser pensados como cajones que guardan las vivencias más traumáticas del pasado. La apertura de estos cajones actúa así, de manera paralela a la apertura de cualquier fosa común, amplificando las posibilidades de análisis de ambos ámbitos de manera interconectada. Ese estudio entrelazado hace necesario el recurso a la interdisciplinariedad para acercarnos al objeto de estudio en su complejidad.