Desde los años 50, las visiones de futuro urbano vinculadas a la movilidad individual han configurado un urbanismo centrado en el automóvil. Con el cambio de milenio, el legado de la ciudad orientada al automóvil se ha problematizado cada vez más como una hipoteca del pasado ante el aumento de los daños por emisiones y la creciente escasez de espacio, y se ha reclamado una politica integrada de transporte urbano.  Además de una transformación de las prácticas individuales de desplazamiento, esto también incluye una reconsideración del futuro del espacio urbano y sus (posibles) modos de uso. Esta contribución quiere presentar ideas para un proyecto que examina la transición de la mobilidad urbana y usos del espacio como un proceso de transformación social negociada y objetivada en contextos urbanos. En las intersecciones entre la etnografía urbana, la futurología empírica y la sociología del transporte, el proyecto pretende investigar las interpretaciones contrapuestas de la realidad y el futuro en torno a los temas de la movilidad urbana y el uso del espacio. Junto a eso, se discutirán perspectivas sobre el espacio urbano como materialización socialmente construida y como un marco de presuposición de los procesos de negociación pasados, presentes y futuros. Con vistas a nuestro manejo del legado de la ciudad del automóvil, debatiremos cómo los enfoques antropológicos urbanos pueden cuestionar líneas tradicionales de conflicto y fomentar nuevas alianzas en el sentido de una transferencia reflexiva de conocimientos entre las ciencias sociales, la política y el público (cada vez más polarizado).