Las bandas de viento indígenas se han constituido como uno de los recursos que los pueblos indígenas migrantes han empleado para fortalecer la identidad en un territorio que les es ajeno o que los excluye. Se trata de un elemento importante dentro de las fiestas religiosas y civiles que reproducen en los destinos migratorios donde se han establecido, creando un sentido de comunidad fuera del terruño. A través de la creación de bandas de viento, los migrantes de la Sierra Norte de Oaxaca establecen lazos de pertenencia y filiación (algunas bandas reciben nombres que expresan el lazo con la comunidad de origen), reproducen sus instituciones y formas de expresar la vida comunitaria, pero también extienden el espacio sonoro de sus comunidades al importarlo y reproducirlo en los destinos de llegada. La presentación de estas bandas en la ciudad, visibiliza a los grupos indígenas, sus tradiciones y marca su presencia. Además, la educación musical para los más pequeños (que nacen en la urbe), les permite que reciban la formación musical a la usanza tradicional, con lo cual se da continuidad a la tradición musical y a la transmisión de la memoria, a la vez que refuerza la identidad. En esta ponencia me interesa destacar, a partir de algunos casos de estudio, el papel de las bandas de viento en la construcción del sentido de pertenencia y arraigo en contextos de movilidad.