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LA COOPERACIÓN COMO BASE DE LA NATURALEZA HUMANA

Exponer la cooperación como una representación del ser humano alternativa a la competición, para explicar su naturaleza. La evolución biológica del ser humano, desde el Ardipithecus ramidus, nuestro último antepasado común con el chimpancé, pasando por el Australophitecus, hasta el surgimiento y desarrollo del género Homo, demuestra que el rasgo definitorio de nuestra especie fue el bipedalismo y no la cerebralización, y que la reducción del dimorfismo sexual entre machos y hembras y las estructuras sociales cooperativas que esto implica, fueron la condición de posibilidad para la cerebralización. Y considerando que la cerebralización es la base del desarrollo espiritual y conceptual que diferencia al ser humano del resto de seres vivos, cabe afirmar que la cooperación es la condición de posibilidad para el desarrollo espiritual y conceptual del ser humano y, por tanto, la base de su naturaleza. No obstante, la competición y no la cooperación, se suele considerar la base de nuestra naturaleza y de nuestra evolución, debido a El origen de las especies de 1859, donde Darwin expone sus teorías sobre los “seres orgánicos”. Pero no es hasta 1871 que escribe El origen del hombre, donde expone concretamente sus teorías sobre el ser humano, y afirma, que la cooperación intraespecífica es un factor más importante que la competición intraespecífica frente a la selección natural en múltiples especies, entre ellas el ser humano. Pues las especies en las que tiene lugar la cooperación intraespecífica existen más posibilidades de supervivencia para sus individuos y para la especie.