La Cuenca de México fue una región con un ambiente lacustre privilegiado. Donde se desarrolló un fértil sistema de cultivo hidropónico conocido como chinampas. Su gastronomía contó lo mismo con productos agrícolas, peces, crustáceos y aves que enriquecieron su dieta. En los pueblos y barrios originarios ubicados en la región chinampera de la Ciudad de México. Todavía se cultivan milpas con: maíz, frijol, calabaza y diversos tipos de nutritivos quelites. Ingredientes básicos para los exquisitos banquetes de herencia nahua, que elaboran con gran afán las mujeres originarias. Donde los alimentos de origen mesoamericano se combinan con aportes de la cocina europea, como la carne de cerdo y la manteca. Pese a la creciente colonización del gusto originario por la comida “chatarra” industrial; y la desaparición de algunos ingredientes lacustres por la desecación de su lagos y canales. La cocineras tradicionales se las ingenian para sustituirlos y renovar su platillos, pero conservando su ancestral gusto. Dado que las fiestas del ciclo de vida y los festejos de los santos patrones, fueron sincronizados con el ciclo agrícola del maíz, ambos elementos se fortalecen y reproducen, pese a la creciente urbanización de sus territorios por la expansión de la Ciudad de México.    

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