En la última década, se ha dado una proliferación de iniciativas que constatan que los centros educativos se erigen cómo ejes centrales en la pretensión de lograr una ciudad más sostenible y segura. Entre otras, destaca la estrategia de “Barcelona ciudad jugable” y la implementación de los programas “refugios climáticos”, “patios abiertos” y “camino escolar, espacio amigo”. En este sentido, es de especial relevancia la creación de nuevos espacios, a partir de actuaciones de “urbanismo táctico”, en los accesos de los centros escolares en el marco del proyecto “Protegim les escoles” del Ayuntamiento de Barcelona. El objetivo de la presente comunicación es analizar esta iniciativa institucional, conjuntamente con la Revuelta Escolar; movilización surgida en Barcelona en diciembre del 2020 cuya principal demanda es la pacificación de los entornos escolares. A partir de una aproximación etnográfica, se pretende examinar el contraste de las intervenciones en relación con la localización del centro en la red básica de movilidad y el barrio en el que se encuentra. Además, cómo estas actuaciones se denuncian insuficientes, tanto en su velocidad de ejecución cómo en su dimensión, al no suponer una transformación modal. Por último, se propone exponer las diversas formas de acción colectiva que han llevado a cabo las Asociaciones de Familias de Alumnos (AFAs) a partir de promover determinadas nuevas prácticas de movilidad, entre las cuales destaca el “bicibus”.

(*)El autor o autora no ha asociado ningún archivo a este artículo