El cuidado cubre tanto las necesidades humanas que tienen una dimensión material y responden a los requerimientos biológicos, como las que tienen una dimensión relacional, que incluyen, entre Otras temáticas, los afectos, la seguridad psicológica y la creación de lazos humanos. La pandemia provocada por la Covid-19 ha puesto de manifiesto que los límites entre ambas dimensiones son a menudo imprecisos. En esta comunicación presentamos los resultados de la investigación “El cuidado importa. Impacto de género en las cuidadoras/es de mayores y dependientes en tiempos de la Covid-19[1]”, en la que hemos realizado entrevistas cualitativas a trabajadoras del cuidado de servicios de larga duración (residencias, Servicios de Ayuda a Domicilio y Asistencia Personal) durante la pandemia en Andalucía, Aragón, Cataluña, Madrid, Murcia y País Vasco. Las experiencias de las trabajadoras muestran cómo la necesidad de proteger del contagio a las personas en situación de dependencia ha repercutido en la forma en la que desempeñan su labor. Concretamente, las restricciones y requerimientos materiales (mantener la distancia física, usar material de protección, y garantizar la limpieza y desinfección) afectan el desarrollo de la dimensión relacional del cuidado. Además, la pandemia ha sacado a la luz la pertinencia de una tercera dimensión vinculada al cuidado, hasta ahora escasamente explorada: la de la protección-seguridad. [1] Proyecto “El cuidado importa. Impacto de género en las cuidadoras/es de mayores y dependientes en tiempos de la Covid-19” dirigido por Dolors Comas d´Argemir de la Universidad Rovira i Virgili, financiado por el Fondo Supera COVID-19 Santander-CRUE-Universidades Españolas (2020-2021).