El impacto de la Covid-19 nos ha permitido visibilizar la importancia del cuidado como una función central y transversal en la sociedad. Sin embargo, las limitaciones de las políticas públicas, la lentitud de las administraciones y la saturación de los servicios públicos en su provisión, junto con su escaso reconocimiento social, económico y laboral provocaron la reorganización y la recomposición de los mosaicos de cuidado y la activación o reconfiguración de iniciativas, servicios y actividades de cuidados por parte de la sociedad civil para responder a los efectos derivados de la pandemia, estructurándose una trama amplia y compleja de iniciativas comunitarias que, con la incorporación de las tecnologías digitales, llevaron a cabo múltiples tareas en distintos contextos. A partir de un trabajo de campo etnográfico hemos analizado el papel de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC’s) en la organización y recomposición de 24 iniciativas comunitarias en distintos territorios del Estado español atendiendo a sus prácticas, límites y potencialidades. Los datos han revelado que las experiencias comunitarias, con la incorporación de las tecnologías digitales, posibilitaron la continuidad del vínculo relacional mediante la transición generalizada hacia lo on-line y desempeñaron un papel importante en relación con el cuidado material y relacional-emocional. Observamos también que se ha generado un “nuevo” escenario social altamente mediatizado y no menos desigual que, pensamos, puede provocar profundas transformaciones en la sociedad y, concretamente, en el modelo de organización de los cuidados.