El cabello, el pelo, negro es identidad, una de las señas particulares que permiten relacionar el cuerpo con lo negro. La estética occidental se vale del canon de belleza hegemónico (blanco) para normar las formas y texturas del cabello negro. La estética, usada como herramienta del poder, sanciona al pelo negro como signo de lo no civilizado, salvaje y desordenado. Los medios de comunicación, a través de programas “cómicos” de TV., han puesto en escena al pelo negro como el signo de una cultura que se caracteriza por ser atrasada, incivilizada, pobre y carente de inteligencia. El pelo negro es uno de los rasgos que se usa para reforzar el racismo, la exclusión y la desigualdad. El presente trabajo busca poner al pelo afro en escena, en un sencillo monólogo teatral, para desde el arte plantear elementos y miradas que sean sometidos a la reflexión, problematización y discusión sobre las posibilidades que tenemos para de construir el discurso, la estética y la comunicación oficial y de poder que se ha levantado sobre el pelo negro.