Las salas de cine son, además de ámbitos de proyección, dispositivos de configuración de paisajes urbanos, marcos referenciales que dan significado a los lazos de sociabilidad y juegan diversos roles en la elaboración de los sentidos de pertenencia. Consiguientemente, las memorias del ir al cine se refieren a la experiencia cinematográfica, pero no pueden desvincularse de los espacios donde se vive y de su asociación al espacio público de las zonas donde se encuentran. Las ciudades no pueden entenderse sin sus salas de cine: fueron puntales de la modernidad. Han sido espacios de encuentro y también de distinción para diferentes sectores, proporcionándoles códigos y ocasiones para reconocer a los Otras temáticas, así como para ejercer la sociabilidad en el espacio urbano.¿Cómo se transforman las memorias del ir al cine cuando los cines dejan la ciudad y se instalan en los centros comerciales?, ¿Qué cambios se realizan cuando las salas pierden la centralidad en la experiencia cinematográfica y se combinan con el acceso a otras ventanas de exhibición? ¿hay cambios en sus roles como espacios de sociabilidad, ocio e identidad?, ¿qué papeles juegan en estas memorias factores como la pertenencia de clase, generacional, zonal y de género? ¿qué usos de las memorias del ir al cine se dan para resignificar la vida cotidiana presente?.