Desde finales del siglo XX, la reconfiguración socio-territorial y socio-cultural de los pueblos indígenas de América Latina ha sido cada vez más notoria, producto de las migraciones y de las luchas que han emprendido para lograr derechos específicos. A la vez, los territorios nacionales y algunos territorios locales -como las ciudades- comenzaron a ser pensados como espacios pluriculturales, lo que ha representado un desafío en términos de cambios legislativos a nivel federal y local. En el caso de la Ciudad de México, durante los últimos 27 años se han impulsado una serie de reformas políticas que han propiciado el replanteamiento de las identidades ciudadanas que en ella se expresan, permitiendo una mayor participación de distintos sectores de la población que anteriormente se encontraban invisibilizados, entre ellos las comunidades indígenas. En la Constitución Politica de la Ciudad de México que entró en vigor en septiembre de 2018 se reconoció, por primera vez, quela Ciudad de México es intercultural y su composición poblacional es plurilingüe, pluriétnica y pluricultural. Debido a lo anterior, en esta ponencia me interesa responder, a partir de algunos casos de estudio, cómo jóvenes indígenas que nacieron en la Ciudad de México o migraron a ésta para continuar sus estudios, construyen su sentido de pertenencia a la urbe y, a la vez, mantienen un fuerte lazo identitario con la comunidad de origen de sus padres o propia. Y a la vez, quisiera responder el papel de la memoria socialen la construcción del sentido de pertenencia en contextos urbanos pluriculturales.