La idea general de kultura o tradición como elemento que impide que Timor-Leste aborde algunos de sus problemas sociales, como la desigualdad de género, se ha venido movilizado en las narrativas de expertos desde hace más de una década. Una causa sugerida de este desempoderamiento femenino es la percepción de su papel de individuos dependientes que ven socavada su capacidad para tomar decisiones debido al papel subalterno que juegan en la cultura local. Como solución, algunos autores han propuesto que el hecho de que se garantice que las mujeres tengan acceso a mecanismos de corte moderno podrían servir como como una posible solución a este problema. El objetivo de esta comunicación es mostrar como actores sociales particulares se empoderan a sí mismos manipulando cualquier medio cultural local y social al que puedan acceder. Muestro, mediante un estudio de caso en el que analizo los hechos ocurridos durante una reunión familiar para un ritual católico, cómo una mujer de una familia de una pequeña localidad moviliza discusivamente sus propios recursos y estrategias “tradicionales” para conseguir invertir el orden jerárquico de una familia y cambiar de ese modo una situación que le es desfavorable. Pretendo así mostrar que, frente a propuestas modernizadoras simplificadoras que empujan personas a la economía de mercado, se hace necesario tener en cuenta la dependencia mutua de las personas y los grupos a través de la cultura local como un posible mecanismo de empoderamiento femenino.

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