Durante el siglo XIX el territorio de Yucatán sufrió uno de los conflictos más largos y dolorosos de toda su historia, la Guerra de Castas. El conflicto se extendió de 1847 a 1901 afectando a la población peninsular, especialmente a aquellos indígenas que formaban parte del ejército insurgente o eran sospechosos de colaborar con los alzados. El presente trabajo tiene como objetivo analizar el comportamiento de la región oriental de Yucatán, como un espacio de frontera y resistencia y la política de las autoridades para deshacerse de los mayas “revoltosos” organizando su venta a la vecina Cuba. Se estudiará la política esclavista cubana y los discursos generados por las autoridades yucatecas para justificar el comercio de mayas. Asimismo, plantearemos la importancia de la frontera como un territorio de refugio y de reproducción de formas de vida originarias. El conflicto coincide en parte con el porfiriato, lo que nos permite fijarnos en el trato dado a los indígenas mexicanos por parte de las autoridades centrales y estatales. La Guerra de Castas adelanta los discursos y prácticas de control social y biopolíticos que en la primera década del siglo XX se ponen en funcionamiento en muchos territorios de las Américas.

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