La autora discute el lugar paradójico del trabajo de campo etnográfico y de la localización
del conocimiento antropológico en una disciplina que se define como universal y que se
ocupa de la diversidad sociocultural de la humanidad. Valiéndose de su propia trayectoria
académica en distintas instancias de su práctica etnográfica, Guber expone cómo el trabajo
de campo intenta abrirse espacio en las reflexiones escritas acerca de cómo hacemos antropología fuera de las antropologías metropolitanas.
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