Sobre la construcción de un imaginario en la España post franquista: Universo quinqui y cultura juvenil de los márgenes de Barcelona
Inmersos en la denominada transición democrática, surge un género específico de cinema conocido como cine quinqui, que, a caballo entre los años 70 y 80, y en un ejercicio de representación, captó y supo transmitir una supuesta realidad urbana de las periferias deprimidas de grandes ciudades, que son representadas como divididas entre dos espacios contrapuestos, un espacio para vivir, el hogar que supone el barrio, y un espacio para delinquir que es el centro de la ciudad. Es a partir del surgimiento de un cine especializado en su representación, tomando como referencia el primer film de éste género, Perros Callejeros, que muchos otros jóvenes varones vieron en los protagonistas de sus películas un referente que reflejaba una especie de rebelde que se levantaba contra las condiciones de postración en que se veía inmerso el universo social al que pertenecían. El cine quinqui fue un subgénero que focalizaba una figura mítica –en el sentido de diseñada como a producto imaginario, solo con una precaria coincidencia con la vida real– podía ser releída como expresión de una cierta resistencia civil a los imaginarios del poder, en tanto que el comportamiento de la juventud marginal suponía un desacato frente a las presiones a las que era sometida por el medio social y político del momento. Tomando como génesis el cine quinqui, se ahondará en la cuestión de la invención de una suerte de “universo quinqui”, transformado en cultura popular, y casi de forma exclusiva, ibérica, y que en la actualidad ha resurgido con fuerza.
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