Aunque la antropología estudia la diversidad humana, estos estudios tradicionalmente se emprenden desde una perspectiva única: la académica.Autores como Santos han llamado la atención sobre la existencia de una multitud de conocimientos producidos en otros ámbitos de la actividad humana que, en vez de objetos de estudios, deben ser tratados como alternativas epistémicas de validez equiparable a la de las ciencias.En este contexto, proponemos un modelo de etnografía colaborativa en el cual el proceso entero de la investigación, desde el diseño del proyecto hasta la redacción de las publicaciones etnográficas finales, es llevado a cabo de forma colectiva entre antropólogas y personas de otros entornos con interés en el estudio en cuestión. A diferencia de otros tipos de etnografía participativa, no se trata de integrar en la gestión del proyecto a las personas del campo, sino de llevar a cabo una investigación conjunta, entre una antropóloga y una activista, en un contexto cultural tercero.Presentamos este modelo partiendo de nuestra experiencia en un estudio de antropología política en el barrio de Exarchia de Atenas, el cual destaca por la presencia excepcionalmente densa de iniciativas autogestionarias. Argumentamos que, al complementarse la perspectiva académica de una joven antropóloga y la práctica política de una experimentada activista, la profundidad de los encuentros etnográficos aumenta incluso en fases tempranas de la investigación. Ayuda además a promover una mayor accesibilidad de los estudios científicos para audiencias extrauniversitarias. Por otra parte, examinamos los retos que conlleva la colaboración entre personas de tradiciones epistémicas distintas.